Manejo del estrés: Ejercicios de respiración para relajación
¿En algún momento, a lo largo del día, te has parado a sentir cómo respiras cuando estás relajado/relajada?
La siguiente vez que sientas paz y tranquilidad, tómate un rato para percibir qué tipo de energía está circulando por tu cuerpo. Observa cómo respiras al levantarte por la mañana o poco antes de coger el sueño.
Hacer ejercicios de respiración te van a ayudar a alcanzar un estado de calma y relajación, cuando esto ocurre el cuerpo puede entrar en un estado de vagotonía o reparación que invita al descanso, a la recuperación de la frecuencia cardíaca y muchos otros beneficios, también para enfocar la mente y calmar las emociones.
La respiración intensa es una de las mejores formas de minimizar el estrés en el cuerpo humano. Esto se debe a que una vez que se produce la respiración profunda, llega al nervio vago que envía un mensaje al cerebro y de ahí a todo el cuerpo, dando la orden de calma y relajación.
El estrés acumulado por la forma de vida acelerada, o por el pensar constantemente en los problemas, con la sensación de estar atrapado, sin poder darles vía de solución, genera en el cuerpo un aumento de la frecuencia cardíaca, una respiración apresurada y una presión arterial alta, todo ello se puede reducir mientras se practican respiraciones profundas para relajarse.
Puntos clave
Por todo lo dicho anteriormente se puede deducir que la manera en que se respira puede perjudicar a gran parte del cuerpo humano. Los ejercicios de respiración son una buena forma de relajarse, de minimizar la tensión y de aliviar el estrés.
Los ejercicios de respiración son simples de aprender. Se pueden practicar siempre que se desee y en cualquier lugar, nadie tiene porque darse cuenta que los estás haciendo y no requiere herramientas ni grupos especiales para hacerlos.
Técnicas de relajación para el estrés
El estrés crónico puede llegar a ser muy perjudicial para la salud del cuerpo humano y de la mente y dar inestabilidad emocional y puede dar síntomas como presión arterial alta, dolores de estómago, dolores de cabeza, ansiedad y depresión.
Usar técnicas de relajación puede ayudar a vivir con mucha más tranquilidad. Unos simples ejercicios que aportan la gran posibilidad de gestionar el estrés y aliviar los efectos que éste tiene sobre el cuerpo humano.
Cómo ayuda la relajación
Una vez que las circunstancias de la vida, la prisa, el desorden, la culpa, el sentimiento de incapacidad etc. te llevan a un estado de estrés, el cuerpo responde liberando hormonas que van a incrementar la presión arterial y a elevar la frecuencia cardíaca. Esto se llama contestación al estrés.
Las técnicas de relajación tienen la posibilidad de ayudar al cuerpo a relajarse y reducir la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Esto se llama contestación de relajación. Hay varios ejercicios que puedes probar. Averigua cuáles tienen la posibilidad de funcionar mejor para ti.
Respiraciones profundas
Una de las modalidades más básicas para relajarse es practicar la respiración fuerte.
- Siéntate o acuéstate y coloca una mano sobre el estómago. Coloca tu otra mano sobre el corazón.
- Inhala muy lento, hasta que sientas que el estómago se eleva.
- Aguanta la respiración por un rato.
- Exhala muy lento, sintiendo como el estómago desciende despacio.
- Sigue así por un rato hasta que sientas que todo el cuerpo se relaja.
Si quieres profundizar hay otros tipos de técnicas de respiración que se pueden aprender.
Meditación
La meditación implica concentrar la atención en la respiración para ir liberando el estrés que genera el exceso de mente, el conseguirlo ayuda a sentirte más relajado.
Ejercer la reflexión puede ayudar a reaccionar de forma más calmada ante las emociones y pensamientos, inclusive aquellos que ocasionan estrés. La reflexión se ha practicado por milenios y hay varios estilos.
La mayor parte de los tipos de reflexión habitualmente integran:
- Atención enfocada. Puedes concentrarte en la respiración, en un objeto o en un grupo de palabras.
- Silencio. La mayor parte de la reflexión se hace en sitios silenciosos para suprimir las distracciones.
- Postura del cuerpo. La reflexión se puede realizar sentado, acostado, de pie o fregando platos.
- Una reacción abierta. Esto quiere decir que se puede mantener abierto a los pensamientos que vengan a la mente a lo largo de la reflexión. En vez de juzgar dichos pensamientos, se los puede dejar pasar, llevando la atención de vuelta a la concentración.
- Respiración relajada. A lo largo de la reflexión, respirar de forma lenta y tranquila. Esto además ayuda a relajarse.
Biorretroalimentación
La biorretroalimentación, es una técnica que utiliza unos sensores que al situarlos sobre el cuero cabelludo, consiguen medir las ondas cerebrales por medio de un electroencefalógrafo, con el propósito de aprender a regular la correcta funcionalidad del cuerpo humano.
Esta técnica mide las funciones corporales y brinda información acerca de ellas con el fin de ofrecer entrenamiento para controlarlas. También se le conoce como bioautorregulación.
La biorretroalimentación es una técnica que se puede usar para aprender a controlar algunas funciones del cuerpo humano, como la respiración, las contracciones musculares, la frecuencia cardíaca, la actividad de las glándulas sudoríparas, la temperatura corporal, recuperar el buen estado físico después de un accidente o enfermedad, etc.
En una sesión tradicional, un terapeuta de biorretroalimentación adhiere sensores a diversas partes del cuerpo humano. Dichos sensores miden la temperatura del cuerpo, las ondas cerebrales, la respiración y la actividad de los músculos.
Puedes ver estas lecturas en un monitor y con la ayuda del terapeuta, se lleva a cabo, a través de modificar pensamientos, comportamientos o emociones, el control de las respuestas del cuerpo humano. Con el tiempo, se aprende a cambiarlas sin tener que utilizar el monitor.
Relajación progresiva
Esta es otra técnica fácil que se puede hacer casi en cualquier sitio. Se empieza poniendo atención en los pies, después en los dedos de los pies, concentrándose en apretar los músculos por unos cuantos instantes y después liberarlos.
Continúa con este proceso, avanzando hacia la parte superior del cuerpo, concentrándose en un conjunto de músculos a la vez.
Yoga
La práctica de Yoga data desde tiempos ancestrales, su origen se ubica en la India. El yoga combina distintas posturas y movimientos con respiración enfocada y meditación.
Estas posturas poseen como objetivo aumentar la concentración en la presencia, la fuerza y la flexibilidad.
Las posturas varían a partir de posiciones básicas, acostado sobre el suelo, hasta llegar a otras mucho más complicadas que necesitan años de práctica. Después de mucho entrenamiento se consigue adquirir la destreza para llevar a cabo la mayor parte de las posturas del Yoga.
Hay diversos estilos de yoga que tienen la posibilidad de ir de lentos a vigorosos. Si estás pensando en iniciarte en la práctica del yoga, encuentra a un buen maestro que logre ayudarte a ejercer el arte del yoga de forma segura.
Es importante informar de cualquier lesión que se haya tenido, antes de iniciar la práctica del yoga.
Si te gustaría empezar clases de yoga te recomendamos que le eches un ojo a estas.
Tai Chi
El taichí se practicó por primera vez en la antigua China como una forma de defensa personal. En la actualidad se usa primordialmente para mejorar la salud. Hablamos de un tipo de ejercicio suave, de bajo efecto que es seguro para personas de todas las edades.
Hay varios estilos de taichí, pero todos se rigen por los mismos principios básicos y son buenos para el cuerpo humano:
- Movimientos lentos y relajados. Los movimientos en el taichí son lentos, aunque el cuerpo continuamente se está moviendo.
- Posturas metódicas. Se mantienen unas posturas concretas a medida que se mueve el cuerpo.
- Concentración. La atención ha de estar presente en los movimientos lentos y eso ayuda a dejar de lado los pensamientos distractores a medida que se desempeña.
Te podemos asegurar que con cualquiera de estas técnicas lograrás relajarte, y conseguir un estado interior de mayor armonía y vitalidad.