La terapia de estimulación de zonas reflejas, mayormente conocida como reflexología, es una terapia manual y complementaria que busca estimular zonas corporales, a través de roces suaves o con presión en zonas específicas de los pies.


Se logra estimular o desacelerar la actividad de ciertos órganos o sistemas, a través de la aplicación de presión con los dedos, en zonas de los pies o las manos, siguiendo un mapa preestablecido de zonas, y una técnica concreta.


La reflexología se basa en el conocimiento de que en los pies de cada persona, están representados todos los órganos y sistemas orgánicos, pudiendo estimular la energía para provocar una respuesta refleja en los órganos sobre los puntos específicos en los que estemos aplicando el masaje.

Orígenes

Esta técnica se está practicando desde tiempos antiguos, consiguiendo evidencia de su uso en Egipto, China y hasta en Norteamérica, en la búsqueda de alivio de ciertas afecciones mediante la estimulación de zonas específicas de los pies.

En épocas más actuales nos encontramos con estudios en los Estados Unidos de Norteamérica que relacionaban la presión de zonas podales, y la obtención de disminución de dolor en zonas apartadas de la persona.

Se logró identificar la existencia de líneas que atraviesan el cuerpo a todo lo largo, en número de 10, cinco en lado derecho y cinco en lado izquierdo. 

La teoría de las 10 zonas longitudinales las describió el Dr. William Fitzgerld (1872-1942) y se relacionaron con áreas específicas y sistemas orgánicos.

¿Cómo es?

El tratamiento de reflexología se aplica en sesiones que pueden variar de número, según la evaluación previamente practicada.


Debe reconocerse y explorarse el estado físico y de salud en general de cada receptor de la técnica.


Cada tratamiento o sesión de reflexología durará un lapso que va de media hora, a  45 minutos, trabajando sobre un pie a la vez, y ambos en cada una de las sesiones.


En algunas ocasiones se recurre a algún aceite que colabore en el deslizamiento de los dedos del especialista sobre los pies, aunque inicialmente se realiza en seco.


Se ejercen presiones en puntos específicos, con movilizaciones y técnicas especialmente preparadas para el fin.


Se trabajan ambos pies en una misma sesión, bajo un esquema metódico que cubre todo el organismo a través de los pies.

Efectos

Son variadas las explicaciones que intentan determinar el mecanismo de acción de la técnica en reflexología, siendo la que relaciona los órganos con el sistema nervioso central y periférico, la que más ha sido aceptada.


Estimular los pies, en zonas específicas, genera un impulso que viaja por el sistema nervioso periférico, llegando al cerebro que envía una respuesta de ajuste de las condiciones anómalas que allí se encuentren.

Pros de la técnica

Puede verse como un masaje en los pies, pero realmente la reflexología va más allá de eso. Es toda una terapia que brinda múltiples beneficios, además de la agradable sensación que se experimenta.

Con esta terapia alternativa se pueden equilibrar los sistemas y funcionamiento orgánico, previniendo o normalizando cualquier alteración que pueda presentarse.

Entre los beneficios que se obtienen al recibir sesiones de reflexología podemos enumerar los siguientes.

Relajación de los diferentes segmentos de los pies, que son por mucho unas de las zonas más olvidadas y maltratadas por todos.


Liberar tensión y estrés, logrando bajar la tensión de los músculos, y mejorar la sensación de bienestar, bajando los niveles de ansiedad de quien recibe la terapia.


Reactiva el riego sanguíneo, tonificando el sistema inmunológico como consecuencia inmediata.
Se activa la excreción de toxinas y sustancias de desecho a través de los mecanismos naturales de micción, sudoración y defecación.


Logra una reorganización energética, logrando un equilibrio beneficioso y relajante.

Efectos inmediatos

Esta técnica de tratamiento busca brindar un estímulo a las zonas reflejas de los pies buscando un efecto en otra zona corporal.


Tan pronto se inicia un tratamiento de reflexología, posterior a la evaluación correspondiente, pueden evidenciarse ciertos efectos o reacciones que pueden ser más o menos agradables, y que es prudente conocer para no caer en alarma.


Se presenta un aumento de la producción de orina, y esta puede ser de olor y color más fuerte de lo habitual, así como la cantidad y frecuencia de las deposiciones.


Las secreciones nasales, bronquiales y vaginales pueden verse aumentadas.
Mejora el estado de ánimo, y la disposición a la actividad de las personas, pudiendo también aumentar la necesidad del descanso por estar más relajado.


Puede aumentar la temperatura al inicio de las sesiones, lo que se considera una reacción curativa.

Contraindicaciones